Cada vez voy encontrándome
más y más casos salidos con el mismo patrón aunque con ligeras diferencias
debido a que cada cual está condicionado por la forma en que elige vivir su
vida.
Es curioso ver las
similitudes. Un poco de victimismo, un poco de típicos: no sé lo que quiero, no
sé en qué momento estoy, no estoy preparado para nada, me hallo en un círculo
del que no puedo salir, no veo solución, no te convengo, primero he de
solucionar ciertas cosas…otras similitudes son las excusas que ponen ellos
mismos pensando que los demás mayoritariamente somos tontos y nos lo vamos a
creer todo a pies de juntillas. Cualquier excusa es buena con tal de no salir y
encararse con eso que llevan dentro. Que si los hijos, que si soy un cobarde
incluso llego a oir “es que soy como mi padre” (acabáramos!!!! )
El caso es auto engañarse y
engañarse a sí mismos y si pueden, a los demás; pues dan a ver la fachada que les resulta más
cómoda.
Por mi experiencia, esto se
suele dar en un grupo determinado de edades similares. Entre cuarenta y algo y cincuenta y algo.
Y que hacen con su vida?
Unos eligen quedarse como están
y pensar que la vida que llevan es lo que hay y lo lógico es no pensar más
allá. Saben perfectamente que no se sienten complementados pero no tienen la valentía
de tomar una decisión. Comidas familiares, con amigos, siempre sonrisas
mientras que por dentro lo que piensan realmente es: “que narices hago yo aquí”. Creo que la
respuesta es fácil, estás ahí porque TÚ eliges estarlo, porque es MÁS cómodo.
Callan. No hablan de su YO con nadie, son hasta capaces de pasar por un TAC
durante más de cinco años sin que su pareja ni se aperciba y eso, aunque a mí
me parezca surrealista, les está bien. Quieren estar así a pesar de que se dan
cuenta perfectamente de que necesitan ayuda.
Otros…otros optan por el ir
y venir. Dejan la relación, vuelven a la voz de llamada y así tantas veces se tercie. Esto va genial para la parte que
llama pues saben de sobra que el otro va a volver. Donde recae la responsabilidad
de esta situación, en quien llama o en quien acude? Y quien acude, de que se
queja? Pues a diferencia de los primeros, estos SI son plenamente conscientes
de que las cosas no funcionan.
Estos otros tienen una relación espantosa de
pareja, SE dejan manipular hasta el punto en que aceptan que son así, de
cambiar su autentico YO en pos de…¿Qué?. Estos son precisamente los más
recurrentes a la auto-justificación (que es para oírles), al victimismo en
cierto grado y aunque no se esconden, juegan al turismo emocional. Mariposean
en los lapsus en que su am@ no está,
“testean” a otras mujeres y vuelta a lo
mismo. Am@ silba y ellos acuden cual perrito.
Excusas, argumentaciones sin base cuando lo
único cierto es que si no salen de ese “juego” es tan simple que es porque no
quieren. De alguna manera (que yo no logro entender), les va bien así. También
optan por contar sus “heridas de guerra”. Y casi que solo les queda contárselo
al panadero. Yo me pregunto si estos saben la diferencia entre oír y
escuchar…porque oír, oyen hasta los perros pero escuchar…ahhh, eso ya es otra
cosa. Pero repitiendo esquemas, ya les va bien. El caso es encontrar lo que sea
o a quien sea para sentirse…protegido? Entendido?, pero…y comprendido?...
Por otro lado, un día,
encuentran a una persona digamos, “diferente”. Ni mejor ni peor, solo
diferente. Y ahí viene un problema. Qué ocurre si a pesar de esos “rollos”
mentales, esa persona puede interesarse mínimamente por ellos? Piensan en eso?
NO.
A grandes rasgos, estos
otros, saben cómo son esas “diferentes”
pero es igual, para que ver esa diferencia? Si se paran a verla, que pasaría?.
La opción de esa persona “diferente” es fácil,
simple. Ya conoce estas cosas. Lo que debe hacer es poner distancia. No es que
a esas personas “diferentes” que han
conocido le llamen la atención siempre más allá de una simple relación
interpersonal. Pero a veces ocurre. Llama la atención en un grado mínimo y se
siente a gusto por lo que le resulta sumamente fácil, escuchar, comprender y
compartir opiniones, a sabiendas por experiencia que no pasará de ser ese comodín
que ayuda en la jugada.