martes, 26 de julio de 2016

Unos, Otros, Diferentes 1/2








Cada vez voy encontrándome más y más casos salidos con el mismo patrón aunque con ligeras diferencias debido a que cada cual está condicionado por la forma en que elige vivir su vida.

Es curioso ver las similitudes. Un poco de victimismo, un poco de típicos: no sé lo que quiero, no sé en qué momento estoy, no estoy preparado para nada, me hallo en un círculo del que no puedo salir, no veo solución, no te convengo, primero he de solucionar ciertas cosas…otras similitudes son las excusas que ponen ellos mismos pensando que los demás mayoritariamente somos tontos y nos lo vamos a creer todo a pies de juntillas. Cualquier excusa es buena con tal de no salir y encararse con eso que llevan dentro. Que si los hijos, que si soy un cobarde incluso llego a oir “es que soy como mi padre” (acabáramos!!!! )


El caso es auto engañarse y engañarse a sí mismos y si pueden, a los demás; pues  dan a ver la fachada que les resulta más cómoda. 


Por mi experiencia, esto se suele dar en un grupo determinado de edades similares.  Entre cuarenta y algo y cincuenta y algo.


Y que hacen con su vida?


Unos eligen quedarse como están y pensar que la vida que llevan es lo que hay y lo lógico es no pensar más allá. Saben perfectamente que no se sienten complementados pero no tienen la valentía de tomar una decisión. Comidas familiares, con amigos, siempre sonrisas mientras que por dentro lo que piensan realmente  es: “que narices hago yo aquí”. Creo que la respuesta es fácil, estás ahí porque TÚ eliges estarlo, porque es MÁS cómodo. Callan. No hablan de su YO con nadie, son hasta capaces de pasar por un TAC durante más de cinco años sin que su pareja ni se aperciba y eso, aunque a mí me parezca surrealista, les está bien. Quieren estar así a pesar de que se dan cuenta perfectamente de que necesitan ayuda.


Otros…otros optan por el ir y venir. Dejan la relación, vuelven a la voz de llamada y así tantas veces  se tercie. Esto va genial para la parte que llama pues saben de sobra que el otro va a volver. Donde recae la responsabilidad de esta situación, en quien llama o en quien acude? Y quien acude, de que se queja? Pues a diferencia de los primeros, estos SI son plenamente conscientes de que las cosas no funcionan.


 Estos otros tienen una relación espantosa de pareja, SE dejan manipular hasta el punto en que aceptan que son así, de cambiar su autentico YO en pos de…¿Qué?. Estos son precisamente los más recurrentes a la auto-justificación (que es para oírles), al victimismo en cierto grado y aunque no se esconden, juegan al turismo emocional. Mariposean en los lapsus en que su am@  no está, “testean” a otras mujeres  y vuelta a lo mismo. Am@ silba y ellos acuden cual perrito.

  Excusas, argumentaciones sin base cuando lo único cierto es que si no salen de ese “juego” es tan simple que es porque no quieren. De alguna manera (que yo no logro entender), les va bien así. También optan por contar sus “heridas de guerra”. Y casi que solo les queda contárselo al panadero. Yo me pregunto si estos saben la diferencia entre oír y escuchar…porque oír, oyen hasta los perros pero escuchar…ahhh, eso ya es otra cosa. Pero repitiendo esquemas, ya les va bien. El caso es encontrar lo que sea o a quien sea para sentirse…protegido? Entendido?, pero…y comprendido?... 


Por otro lado, un día, encuentran a una persona digamos, “diferente”. Ni mejor ni peor, solo diferente. Y ahí viene un problema. Qué ocurre si a pesar de esos “rollos” mentales, esa persona puede interesarse mínimamente por ellos? Piensan en eso? NO.

A grandes rasgos, estos otros,  saben cómo son esas “diferentes” pero es igual, para que ver esa diferencia? Si se paran a verla, que pasaría?.


 La opción de esa persona “diferente” es fácil, simple. Ya conoce estas cosas. Lo que debe hacer es poner distancia. No es que a esas personas “diferentes”  que han conocido le llamen la atención siempre más allá de una simple relación interpersonal. Pero a veces ocurre. Llama la atención en un grado mínimo y se siente a gusto por lo que le resulta sumamente fácil, escuchar, comprender y compartir opiniones, a sabiendas por experiencia que no pasará de ser ese comodín que ayuda en la jugada.