miércoles, 16 de marzo de 2011

Suerte o Casualidad



Lo que nos sucede, positivo o negativo, es producto de la suerte o es a causa de nuestras acciones?. Popularmente, se cree que el factor suerte es una especie de magia que nos rodea y que determina el marco positivo o negativo en que se desarrollarán nuestras acciones o las situaciones en las que nos encontramos.
Sin embargo, para nosotros los psicólogos, la suerte es la CONSECUENCIA de la motivación, el esfuerzo, la técnica, la experiencia, la finalidad perseguida, pero todo ello dentro del marco de azar o caos en el que todos nos desenvolvemos.  Así que, en realidad, más que “factor suerte”, deberíamos apelar a nuestro propio desarrollo como personas, pues, de hecho, la consecución de objetivos va en función de muchos más aspectos personales de lo que creemos…
La suerte, buena o mala, es la justificación más fácil que podemos atribuirnos cuando, ante una situación determinada, tenemos éxito o fracasamos. Apelar a la suerte como argumento resulta algo pobre o simple, ya que excluye nuestro VALOR como agentes activos del cambio frente a la realidad.
Y es que, al margen del azar, es evidente que la suerte nos la fabricamos NOSOTROS día a día, momento a momento. Por ello, el realismo a la hora de ponernos metas, el optimismo para creer que podemos conseguirlas, así como una buena dosis de autoestima para valorarnos son, entre otros, factores psicológicos a trabajar en los marcos terapéuticos adecuados que, de buen seguro, nos reportarán éxito personal. Es ahí, en nuestro trabajo diario, donde está el factor suerte.
En estos tiempos menos fáciles que corren, quedarse de brazos caídos mientras esperamos que “nos sucedan” cosas, es una actitud negativa que debemos de evitar.
Felicitaciones a todos los que confrontan esas situaciones menos fáciles, los que trabajan en su desarrollo personal, a los que tienen miedos, pero los enfrentan. Mi apoyo a todos los que se suman a la tarea de conocerse mejor, que encuentran en sus terapias momentos muy dolorosos, pero gratificantes, y que los llevan a tener una vida más sana, plena, alegre, próspera y amorosa. En resúmen, a los que saben que la “suerte” no existe como popularmente se cree, sino que es el fruto de un gran esfuerzo, de no distraerse, de salir de nuestras zonas “cómodas”. Ellos saben, como yo, que no hay nada que no se pueda sanar!

Fuente : piensaenpositivo