Hoy he ido a un taller sobre padres/madres y adolescentes.
Significativas varias cosas que han captado mi atención, aunque eso no implique
el hecho de que me haya sorprendido. Simplemente y una vez más, veo cuanta
desinformación hay al respecto. Cuantas personas "se conforman o no"
con lo que tienen en cuanto a las relaciones que mantienen con sus hijos. Algo
que choca pues a poco que se quiera, un@ no puede quedarse en lo superficial de
una conducta. Hay que profundizar, hay que informarse, aprender... Y sobre todo,
llevar a la práctica de forma taxativa lo que aprendemos. Si aprendemos algo
pero, no lo ponemos en práctica, no ayudamos a nuestros hijos a avanzar por esa
carretera que se llama adolescencia. Podemos optar por ser pasivos, agresivos o
asertivos. Podemos optar por empatizar y tener una escucha activa. Podemos y
debemos creer firmemente que nadie mejor que nosotros, va a poder ayudarles
cuando pasan por esta senda que es quizás la más importante de sus vidas pues
es en la que se definirán como individuos. Otra cosa es que nos quedemos con lo
que no dicen profesionales, educadores, psicólogos, en lo que leemos... Si,
cierto, eso nos dará una información valiosa pero de que nos sirve si no la
llevamos a la práctica?
Encuentro significativo que reconozcan un problema de
actitud en los hijos pero no busquen herramientas para facilitarles las cosas.
Las palabras empatía, asertividad, son conocidas; sin duda si pidieras que
levantaran la mano ante cien personas si saben lo que ello significa, apuesto a
que el noventa y nueve por ciento, la levantaría porque, es fácil decir o
pensar que se sabe, que se es asertiv@ y empatic@. Pero también apuesto a que
esas manos levantadas en su mayoría estarían mintiendo.
Curioso también que a este taller que durara ocho horas,
solo hayan acudido ocho personas de dieciséis previstas y todas menos uno,
mujeres.
De lo que se ha dado hoy en el taller, lo sabía ya (mucho
tiempo leyendo y apostando en esa lucha con la adolescencia)pero, sin duda ha
habido un párrafo que me ha encantado por su lógica y coherencia que relato a
continuación*. Por otro lado, me ha quedado aun más si cabe que somos nosotros
los padres, no los colegas. Que se puede llegar a un grado enorme de buena
comunicación entre padres e hijos pero manteniendo el limite siempre que ante
todo no somos colegas, somos padres y en nuestras manos está el hecho de
ayudarles en todo aquello que nos sea posible; y si no se sabe, se aprende, si
no te ayudan, se busca información. Pero ante todo están ellos y su paso por
ese proceso y por ello, somos nosotros como padres/madres, los que debemos de
estar donde haga falta para darles lo que necesitan emocionalmente.
*Hablo porque conozco mis necesidades, dudo porque no
conozco las tuyas.
Mis palabras vienen de mi experiencia de vida. Tu
entendimiento viene de la tuya.
Por eso, lo que yo digo, y lo que tu oyes, puede no ser lo mismo.
Por lo que si tu escuchas cuidadosamente, no sólo con tus oídos, sino también
con tus ojos y tu corazón, puede ser que logremos comunicarnos.
Herbert. G.Lingren
Gracias a Amparo Junquero