Cuando pienso en la palabra encuentro, la asocio a la idea del
descubrimiento, la construcción y la repetitiva revelación de un
nosotros que trasciende la estructura del yo. Esta creación del nosotros
adiciona un sorprendente valor a la simple suma aritmética del Tú y
Yo.
Sin encuentro no hay salud.
Sin existencia de un Nosotros, nuestra vida está vacía aunque nuestra casa, nuestra baulera y nuestra caja de seguridad estén llenas de costosísimos posesiones. Y sin embargo, el bombardeo mediático nos incentiva llenar nuestras casas, nuestras bauleras y nuestras cajas de seguridad de estas cosas y nos sugiere que las otras son sentimentales y anticuadas.
Los escépticos intelectuales, ocupantes del lugar del supuesto saber, están siempre dispuestos a ridiculizar y menospreciar a los que seguimos hablando desde el corazón, desde la panza, o desde el alma, a aquellos que hablamos más de emociones que de pensamientos, mas de espiritualidad que de gloria y más de felicidad que de éxito.
Jorge Bucay
Sin existencia de un Nosotros, nuestra vida está vacía aunque nuestra casa, nuestra baulera y nuestra caja de seguridad estén llenas de costosísimos posesiones. Y sin embargo, el bombardeo mediático nos incentiva llenar nuestras casas, nuestras bauleras y nuestras cajas de seguridad de estas cosas y nos sugiere que las otras son sentimentales y anticuadas.
Los escépticos intelectuales, ocupantes del lugar del supuesto saber, están siempre dispuestos a ridiculizar y menospreciar a los que seguimos hablando desde el corazón, desde la panza, o desde el alma, a aquellos que hablamos más de emociones que de pensamientos, mas de espiritualidad que de gloria y más de felicidad que de éxito.
Jorge Bucay