martes, 24 de agosto de 2010

Dejar marchar...



Pasaba tanto tiempo manteniendo su mano alejada de otros, manteniéndose a si mismo apartado de otros, que bajar la guardia con la única persona en la cual realmente confiaba le hacía escocer los ojos.

  La Hermandad de la Daga Negra 


...A veces hay que dejar marchar...persona, caso, cosa...a veces es necesario por mucho que duela. Porque por mucho que quieras, hay que mirarse y ser consciente de la realidad que hay, que se tiene... Hay, poseemos una cierta libertad de elección que hace posible que  podamos dejar marchar.
...A veces no puedes regatear, amoldar, pedir, esperar...A veces solo hay que abrir bien los ojos, sincerarse con uno mismo y ver que puede que la elección hecha no coincide con la de un contrario...Es simple (que no fácil) entonces, hay que dejar marchar.

Y un día, cuando decides y aceptas que has de dejar marchar, sientes que pierdes algo tuyo. Algo que por un tiempo determinado ha sido o formado parte de ti. Y duele, aparece el dolor por la perdida, por la inevitable ausencia a partir de ese momento, pero sin duda, el tiempo tiene esa gran virtud que es la de hacer malabarismos con lo que sentimos, igual los agranda que los aletarga hasta quedar consumidos... Y confío en esto último cuando decido ...


..."dejar marchar"...