“A veces la vida no te da lo que quieres, si no lo que
necesitabas”
Se acostó pensando en esa frase que cuidadosamente se había
anotado para no olvidarla. Hablaba con “Ella”. Su ruptura la preocupaba.
-Te veo muy entera
-Bueno, no estoy haciendo palmas pero tampoco voy a dejar
que esta situación domine mi vida. Lloraré y tendré bajones pero, solo es hasta
que me “desacostumbre”…
Y tú, que tal?
-Bien. Ahí estoy, con eso que tu llamas “desacostumbrarse”.
-Todavía?, y no has pensado en que a la vida no te da lo que
quieres, si no lo que necesitas?
Perplejidad es poco lo que siente ante su última frase. La
escucha con toda su atención. Sabe que cuando habla de estas cosas, es sincera
y eso no deja de impresionarla. Es tan joven…
Habían acabado de desayunar y se fueron en busca de lo que “Ella”
quería.
-Necesito una caja
-Y eso?
-Quiero guardar todo eso que me recuerde a él y guardarlo
fuera de mi alcance. Tú me lo enseñaste. Es lo primero que hay que hacer para
romper por dentro. Y funciona.
-Vamos pues.
Y así es y así lo ha aconsejado tantas veces que ha perdido
la cuenta. Cuando se toma una decisión del tipo que sea pero que de alguna
forma altera tu estado emocional para mal, hay que intentar desvincularse.
Objetos, por nimios que sean, pero que estén a nuestro alcance hacen que el
dolor resurja o se vuelva más fuerte, así como la sensación de culpa… tener
esas cosas ahí no sirve más que para manipular nuestra mente, nuestras
sensaciones y emociones. Y de la misma forma en que podemos ser manipulados por
objetos, lo somos por personas, esas personas que han formado parte de nuestra
decisión, generalmente para no seguir con ellas.
Y ahí empieza el juego.
“Su juego”...
No te preguntes cómo pasó algo, pregúntate
cómo vas a responder, qué vas a hacer con eso que pasó.
Harold Kushner
cómo vas a responder, qué vas a hacer con eso que pasó.