lunes, 30 de marzo de 2015

Cajas y Vínculos








“A veces la vida no te da lo que quieres, si no lo que necesitabas”




Se acostó pensando en esa frase que cuidadosamente se había anotado para no olvidarla. Hablaba con “Ella”. Su ruptura la preocupaba. 



-Te veo muy entera


-Bueno, no estoy haciendo palmas pero tampoco voy a dejar que esta situación domine mi vida. Lloraré y tendré bajones pero, solo es hasta que me “desacostumbre”…

Y tú, que tal?


-Bien. Ahí estoy, con eso que tu llamas “desacostumbrarse”.


-Todavía?, y no has pensado en que a la vida no te da lo que quieres, si no lo que necesitas?


Perplejidad es poco lo que siente ante su última frase. La escucha con toda su atención. Sabe que cuando habla de estas cosas, es sincera y eso no deja de impresionarla. Es tan joven…


Habían acabado de desayunar y se fueron en busca de lo que “Ella” quería.


-Necesito una caja


-Y eso?


-Quiero guardar todo eso que me recuerde a él y guardarlo fuera de mi alcance. Tú me lo enseñaste. Es lo primero que hay que hacer para romper por dentro. Y funciona.


-Vamos pues.


Y así es y así lo ha aconsejado tantas veces que ha perdido la cuenta. Cuando se toma una decisión del tipo que sea pero que de alguna forma altera tu estado emocional para mal, hay que intentar desvincularse. Objetos, por nimios que sean, pero que estén a nuestro alcance hacen que el dolor resurja o se vuelva más fuerte, así como la sensación de culpa… tener esas cosas ahí no sirve más que para manipular nuestra mente, nuestras sensaciones y emociones. Y de la misma forma en que podemos ser manipulados por objetos, lo somos por personas, esas personas que han formado parte de nuestra decisión, generalmente para no seguir con ellas.  


Y ahí empieza el juego.



“Su juego”...



No te preguntes cómo pasó algo, pregúntate
 cómo vas a responder, qué vas a hacer con eso que pasó.
Harold Kushner