Si frecuentemente nos pusiésemos frente a nuestra realidad, al ser que somos, y someternos al autoexamen sin ambigüedad comprenderíamos por qué llegamos al punto en el que estamos, por cuál fue el origen de aquello que hiciste o dejaste hacer, nos sorprenderíamos de nuestros miedos que bloquean la acción. Eso es el principio de autosanar desde la comprensión de uno mismo, de la aceptación de lo que uno fue y de lo que es sin flagelarse y es, también, el principio de la comprensión del mundo que te rodea y de la gente que camina junto a ti. Por eso cuando uno se conoce a sí mismo conoce el mundo y cuando eso sucede entonces le resultará fácil comprender y ponerse en el lugar de la otra persona, despejar el camino y sembrarlo con semillas de verdad. Cuando uno se conoce a sí mismo comienza a tener el verdadero poder en sus manos...
Autor : Antonio M. R.
