domingo, 28 de septiembre de 2014

Contigo, si...









Y así fue y es y será porque aprendimos a dejarnos conocer el uno al otro. Por nuestras lágrimas y risas compartidas, por nuestras  cientos de horas de charla, porque, hiciste que me sintiera con total garantía de que eres de l@s que se quedan y sabes cuán importante es eso para mí. Porque te hiciste querer y agarraste mi mano aún y con todo tu miedo a ser “descubierto”. 

Contigo, si porque nunca era un “no”, siempre un: “ahora no pero que tal a esta hora”, ó “que tal mañana”… siempre hemos dejado la puerta abierta y jamás la callada por respuesta. Contigo, sí; porque aún dándote fuerte, has seguido y has ido aprendiendo, entendiendo y aplicando cosas que para ti, eran imposibles. 

Contigo, sí; porque también yo aprendí y aprendo de ti.


Tanto tiempo, tantas cosas; desencuentros también… y contigo, sí. 


Has aguantado mis collejas, mis “a verrrrrr…” (Muchas veces con dureza). Contigo sí, porque aprendiste a mirarte al espejo conmigo, porque no te cediste a la derrota, porque peldaño a peldaño supiste encontrar esa parte tuya interna que no enseñas a nadie… y conseguiste que yo hiciera lo mismo contigo. Contigo sí, porque has llegado a conocerme y quererme sin mascaras, porque has dejado que estuviera a tu lado en lo bueno y en lo malo. Y porque, aunque en un principio quizá fuera yo quien te tendió la mano, ahora eres tú quien no me deja bajar un escalón. Y en eso, mi querido “pepito grillo”, está la diferencia… pero, la principal es que has querido estar desde el minuto cero pasase lo que pasase y es un orgullo ver cómo has ido creciendo, confiando en ti, como has dejado de luchar contra cosas/situaciones que no tenían más que una salida. Sería una entrada tremendamente larga si me parara a exponer todo tu y todo yo…

La admiración es mutua. Siempre admiraré a quell@s que no se rinden, que no se conforman, que luchan contra sus miedos y así eres tú. Y así soy yo. Pero eso, tu ya lo sabes, verdad?


_Hazlo –me dijiste- de lo contrario sabes que te quedara esa espinita y por mucha costumbre que tengas a ellas, sabes que no estás haciendo lo que tú eres. Hazlo como hiciste conmigo.

Me hiciste recordar, que quienes somos como somos, no cambiamos. Y lo hice y aunque no salió, te debo un millón de gracias por ello. Cumplí para conmigo; con lo que soy.



Y así pasa muchísimas veces. Quieres, lo intentas pero no siempre sale porque las cosas no dependen de un@ mism@. Y es algo que debemos aceptar. Cada quién elige si quiere ser un@ mismo o intentar cambiar. La elección es personal y puede que hasta cómoda diría yo; pero eso es algo a lo que no se puede obligar a nadie… A salir de la zona de confort.


Grácias amig@, por esa visita inesperada, por esos brazos que me rodearon llenos de cariño, por esa "diferencia", y… por todo.



AMISTAD. Nada fácil de encontrar verdad? Pero nosotros lo hicimos…
Tú estas, yo, estoy. Ese es nuestro vínculo.