jueves, 13 de diciembre de 2012

Ganar o Perder







A veces no perder algo que queremos, nos hace replantearnos una serie de condicionantes en los que no reparamos; hasta que nos damos cuenta de que vamos a perder "lo que sea".

Llegados a este punto, hay que pararse, valorar, priorizar, y eso lo hacemos pero, y que pasa con las emociones?... Si, esas cosas que son consecuencia de los sentimientos... Qué hacemos con eso?...



Tenía bien controlado su sitio y el suelo que pisaba. Cierto que jugaba y lo hacía desde el punto en que el juego era, tan solo eso... Un juego. Un juego compartido y disfrutado entremedias de conversaciones, reflexiones, risas y porqué no, también algún que otro llanto. Confidencias y complicidad. Cariño y respeto. Quizás el tiempo, la admiración mutua, los silencios entendidos, las reflexiones fueron dando paso a una confianza cada vez mayor y mas autentica. Salió de su ostracismo y aprendió a compartir esa mezcla de juego y comunicación. 


Lo "otro" estaba a buen recaudo en la caja de pandora. Esa que sabe contener bien y de todo. Pero que todos sabemos que si la abrimos puede salir cualquier cosa de ella, incluso aquello que tienes guardado en lo más profundo, tanto que ni llegas a sospechar que siga ahí...


Estamos preparados para abrirla?...


A veces nos creemos seguros porque esta tan bien cerrada que nada ni nadie podrá abrirla jamás. Miedo, precaución?... pero en todo caso sabemos que no será uno el que la abra.


Sabemos lo que puede salir aunque lo obviemos, aunque lo disfracemos y de ahí que sea preferible mantenerla en su sitio.


Y un día llega el subconsciente y sin más, plaf!! la abre. Y no es que no hubieran avisos. La caja alguna vez vibraba como queriendo salir pero no se la escuchaba y así resultaba fácil seguir en la línea y no salirse de ella.


Y se abrió. Se abrió debido a que todo puede disfrazarse a que todo puede esconderse pero por mucho que queramos, acaba saliendo a la luz. Y cuando eso ocurre... Por más que queramos obviarlo, lo intangible se hace, cuanto menos visible y a veces no sabemos cómo afrontarlo...


Y ganamos o perdemos. No hay opciones a elegir. Y eso, genera impotencia. Las emociones no se pueden contener, es algo que esta y vive en nosotros. Tan solo basta que nosotros mismos o de forma externa, nos hagan encararlas. Y la forma de encararlas, de hacerles frente ya no solo depende de uno mismo, ya depende también de ese cómplice...


Nos empeñamos en buscar la felicidad a toda costa, todos los días de cada año, nos llenamos de buenos propósitos y no nos paramos a valorar que la felicidad es un puñado de acciones y sentimientos que nos van pasando a lo largo de cada día. Y de ahí el miedo a perder lo que hay, lo que tenemos  si se abre la caja...


Y si, da miedo, mucho miedo a veces... 

Miedo a sentir, miedo a perder, miedo a no saber...