martes, 26 de octubre de 2010

Mathias Malzieu - Entrevista

"Érase una vez un niño más bajito que los demás..."


Mathias Malzieu, cantante de Dionysos y novelista superventas. Tengo 36 años. Nací en Montpellier y vivo en París, en Montmartre, con Olivia. Estudié cine. Me impacta lo que está pasando en Francia con los emigrantes, debería ser obligatorio viajar para perder el miedo al diferente. Soy animista, pero es más una creencia poética 

Cuénteme el cuento de su vida. 

Érase una vez un niño más bajito que los demás, más pelirrojo que los demás, más patoso que los demás...

¿Creció? 

No mucho, pero compensaba sus carencias con una propensión a la ensoñación muy desarrollada y una querencia a la magia.

¿Y la magia le asistió? 

Sí, en varias ocasiones. A los 4 años, una Navidad, preparó con su mamá una crêpecon chocolate para Papá Noel, y al día siguiente comprobó arrebatado que Papá Noel se la había comido.

¿Toda? 

Toda. Años más tarde fue mágica la primera vez que, siendo el más bajito, marcó un gol de cabeza y se sintió como un gigante. Y cuando cumplió 11 años...

¿Seguía siendo el más bajito? 

Sí. Jugando a la gallinita ciega pilló a la niña más hermosa y delicada de toda la clase y la besó. Era su primer beso y el mundo se detuvo. Cuando se quitó la venda de los ojos tenía ante él a la más fea de la clase.

¿Se asustó? 

No, comprendió el poder mágico de los besos, capaces de transformar la realidad.

¿La magia le siguió asistiendo cuando se hizo hombre? 

Se ha convertido en contador de historias a través de la palabra y la música. Ha aprendido a entrar y salir del mundo de los sueños. Si se queda demasiado tiempo conectado a la realidad, se siente viejo; si se refugia demasiado en los sueños, se desconecta de lo que tiene sentido: la familia y los amigos. Debe mantenerse en un frágil equilibrio.

Todo eso está en sus historias. 

Sí, retazos... Sin saberlo, mi primera novela,La alargada sombra del amor,me ayudó a superar la pérdida de mi madre. Al día siguiente de su muerte escribí sentimientos que luego se convirtieron en libro, una vez digerido el choque de la tristeza. Hasta el último momento pensé que se recuperaría. Era muy alegre, me parecía invencible.

¿Qué ha comprendido sobre la muerte? 

Curiosamente, vivirla tan de cerca meha conectado a la vida. Supe que esta carcasa humana de perfectos engranajes se puede desajustar en cualquier momento y convertirnos en el animal más frágil. Supe que debía aprovechar el tiempo regalado, y me dije: conviértete en lo que eres realmente.

Y nació el universo de La mecánica del corazón.

Sí, una novela que tiene su música, un CD, que ha arrasado en Francia y que ahora con Luc Besson vamos a llevar al cine.

¿Hay algo negativo en su éxito? 

Es un billete para la próxima estación, la posibilidad de seguir trabajando en libertad, y eso en sí mismo ya es un sueño. Tengo muchos amigos con talento que tienen que simultanear la música con otros trabajos.

¿Qué es lo esencial en la vida? 

El amor. Ya sé que es un cliché, lo siento, pero el amor es lo que da sentido a la vida. El amor de pareja, de padres, de hijos, de amigos. El amor es una aventura y no algo que está ahí dado; hay que cultivarlo, hacerlo crecer y ver qué pasa.

... 

Puedes hacer todos los libros y discos que quieras, pero si por encima de ello no está el amor dándole sentido, la sensación es de fracaso. Lo importante no es marcar el gol, sino dar un buen pase, ser capaz de disfrutar dando y celebrar el éxito en el que has colaborado.

Eso es ser emocionalmente inteligente.
Estoy convencido de que si eres capaz de sentir placer al dar, eres capaz de recibir mucho mejor. Y ese intercambio amoroso para con el otro te da la fuerza para enfrentarte a lo que sea.

A sus 36 años, ¿la magia sigue acompañándole? 

He vivido momentos de trance brutal en el escenario, sobre las olas haciendo surf y con Olivia. Creo que los momentos de magia se merecen, que no son golpes de suerte.

¿Hay que ganárselos? 

Sí. Un día de este verano, en Lanzarote, las olas eran demasiado grandes para mi nivel. Durante tres horas tragué agua, pero en la puesta de sol, bajo una luz fantástica, solo en la playa, ocurrió: tomé una ola increíble, un tubo naranja en el que penetraba la luz del sol. Era una sensación tan mágica, que ni siquiera tenía consciencia de que fuera yo el que estaba allí.

Todos sabemos a lo que se refiere. 

Y eso me pasa también con la escritura: no sale nada, y de repente... Esa es mi vida.

¿Perseguir esos momentos? 

Corro tras ellos, y cuando consigo una migaja me emociona tanto que estoy dispuesto a trabajar muy duro para volver a sentirlo. Y hay otro momento que todavía no he vivido yque espero con impaciencia: tener un hijo.

¿Qué le enamoró de Olivia? 

Su secreto, está llena de misterio, pero no es un misterio fabricado. Es directa, sencilla y orgullosa, pero humilde con sus logros, y también frágil.

¿Atravesó París en skate por ella? 

Sí, perdí el último tren para ir a su casa. De madrugada recorrí en skate cuatro kilómetros por carreteras. Valió la pena.

¿Qué quiere contar? 

Quiero trascender la realidad, ir más allá y traerme esas cosas invisibles que hacen de la realidad un lugar mejor. Me gustaría ser un chamán, un sanador.